Hoy queremos enseñarte todo lo que ver en Mont Saint Michel, un pintoresco lugar conocido desde la Edad Media como “La Maravilla”. Y no es de extrañar que lo hayan bautizado así, ya que se trata del tercer lugar turístico más visitado de Francia tras la torre Eiffel y el palacio de Versalles.
La población se encuentra en una peña que cuando la marea está baja, se encuentra totalmente rodeada por mar, en una zona en la que desembocan de tres ríos y que conocimos tras descubrir los lugares más bonitos de Bretaña.
Un lugar casi mágico en el que se encuentra encaramada la población, coronada por una abadía benedictina y que fue, junto con su bahía, clasificado Patrimonio Mundial de la Humanidad de la UNESCO. ¡Acompáñanos a descubrirlo!
Dónde está Mont Saint Michel
El Mont Saint-Michel pertenece al cantón de Pontorson, en el departamento de Mancha ubicado en la región de Normandía (Francia).
Dónde dormir
Una de las opciones con más solera es la posada de La Mère Poulard, ubicado en un edificio histórico, justo al entrar a la ciudadela. Sus habitaciones de estilo clásico están equipadas con TV de pantalla plana y conexión Wi-Fi gratuita y recepción 24 horas.
El Auberge Saint Pierre es otra opción en el interior de la ciudadela. Está en una bonita casa de entramado de madera del siglo XIV que combina el encanto de época de las vigas vistas con comodidades modernas.
También hay algunos hoteles junto a los parkings, uno de ellos es el Hôtel Saint-Aubert que cuenta con habitaciones confortables en una zona ajardinada.
Dónde aparcar
Hace unos años podías llegar hasta la misma base del pueblo y aparcar allí por un dique carretera que unía la isla con tierra, eso sí, debías tener cuidado con las mareas.
En 2005 empezó una gran obra para prevenir al peñón del enarenamiento natural intensificado por las visitas. Una de las grandes ayudas fue la nueva presa con 8 compuertas que llena el río Coueson con la marea alta y lo vacía con la baja, aprovechando el movimiento del agua para hacer una limpieza controlada, que empezó a funcionar en el 2009.
También se construyó un puente pasarela para llegar, que convirtió de nuevo a Saint-Michel en una isla como en sus orígenes.
A tu llegada en coche te encuentras personas identificadas organizando al tráfico hacia los diferentes aparcamientos con una capacidad de 4100 plazas. En ellos hay información turística, aseos y cabinas para pagar el parking a la vuelta.
Cómo llegar del parking a Saint Michel
Tienes dos maneras de llegar a Mont Sain Michel:
Navettes. En el parking tienes una parada con las Navettes, unos autobuses que van a la isla y te vuelven a traer cuando necesites ya que los hay cada pocos minutos.
Caminando. También puedes ir dando un paseo por los recorridos peatonales, estos tienen paneles explicativos para la interpretación del entorno, si no tienes prisa, es una opción muy recomendable, tardarás una media hora.
En sus orígenes, Mont Saint Michel era un peñón cónico rodeado por un bosque y cuenta la leyenda que en el siglo VIII un maremoto cambió radicalmente su aspecto separándolo de tierra y convirtiendo el monte en una isla, que fue usada desde sus inicios como lugar de culto y retiro.El desnivel entre la marea baja y marea alta hacía que a ciertas horas del día quedase completamente aislado, mientras que a las siguientes se pudiese ir caminando por las marismas.
Qué ver en Mont Saint Michel
Una vez hecho el recorrido en el mini bus, llegamos a los pies del Mont Saint Michel, la entrada fue caótica, nos juntamos a la vez las personas de la navette en la que llegamos, varios grupos organizados y más gente que andaba por allí, íbamos entrando casi arrastrados entre ellos, y casi no podíamos disfrutar de las maravillas que ver en Mont Saint Michel.
Tuvimos que apartarnos a un lado y esperar unos minutos a que los grupos pasasen, así todo había mucha gente, no nos queremos imaginar cómo se debe de ser en agosto.
Murallas y puertas
Una de las cosas interesantes que ver en Mont Saint Michel son sus murallas que datan de entre los siglos XII y XV. Un gran ejemplo de arquitectura militar, que durante la guerra de los 100 años resistió los ataques ingleses. Todavía cuentan con siete torres comunicadas entre sí por un camino de ronda que te permite llegar a la abadía.
Para entrar a la población hay que atravesar tres puertas consecutivas, la Porte de l’Avancée, que alberga el antiguo la garita de vigilancia del siglo XVI (donde hoy se encuentra la Oficina de Turismo). A continuación, la Porte du Boulevard, y la siguiente con puente levadizo, llamado Porte du Roy. Sobre ella se encuentra actualmente el ayuntamiento del Mont Saint-Michel.
Las casas de Mont Saint Michel
La población va creciendo a medida que la abadía va creándose, y se van construyendo las primeras chozas de madera con artesanos, pescadores y comerciantes, beneficiándose del monasterio.
En la actualidad, la mayoría de las casas son de piedra, y están construidas en los lados sur y este, donde la pendiente no es excesiva.
La Grand Rue, es la vía principal que te conduce hasta la abadía entre un montón de negocios, tiendas de souvenirs, restaurantes y pequeños hoteles. Es complicado ver los detalles de las casas entre tanto tenderete, y carteles anunciando ofertas y menús.
Abajo del todo se encuentra La Mère Poulard una posada de 1888, donde puedes dormir, que acogía a peregrinos y se convirtió en la cocinera más famosa de Francia. Son famosas sus tortillas, junto a la puerta se ve la cocina y puedes ver la curiosa manera de batir los huevos, todo un espectáculo.
Iglesia de Saint Pierre
A medio camino de la Grand Rue se encuentra uno de los templos que ver en Mont Saint Michel, la iglesia de Saint Pierre, que casi se confunde entre las casas de la población.
Esta iglesia parroquial data del siglo XI, aunque ha sufrido muchos cambios a lo largo de los siglos sobre todo en el siglo XVI. Junto a ella se encuentra el cementerio.
Conserva su pila bautismal del siglo XIV de forma poligonal hecha de granito y una sobria decoración de arcos trilobulados. El altar mayor es del siglo XVII de madera pintada, imitación de mármol y oro.
También destaca en la capilla de Saint-Michel el altar con hojas de plata repujadas sobre un núcleo de madera, el lugar de devoción oficial para el arcángel Saint-Michell donde los peregrinos, antes de llegar a la abadía, pasan simbólicamente.
Junto a la puerta se encuentra la estatua de Juana de Arco, quien fue guiada por el arcángel San Miguel durante la Guerra de Cien Años.
Museos que ver en Mont Saint Michel
Cuatro son los museos que ver en Mont Saint Michel, el Museo Marítimo te ayuda a comprender el fenómeno de las mareas, las más altas en Europa continental, y los trabajos para devolver el carácter de isla al Monte Saint-Michel. También alberga una colección de 250 modelos de barcos antiguos.
El Arqueoscopio, es un espectáculo multimedia que recorre la historia del Monte Saint-Michel, desde su formación geológica hasta la actualidad.
El museo Logis Tiphaine, se encuentra en una residencia histórica del siglo XIV, que te enseña cómo era la vivienda y la vida de un caballero de la Edad Media. Podrás ver sus muebles de época, sus tapices, la armadura del caballero Bertrand du Guesclin y el gabinete de astrología de su esposa, Tiphaine de Raguenel. Entre los lugares que ver en Dinan, hay una plaza dedicada a este caballero.
Y el Museo histórico, que recorre la historia del Monte Saint Michel a través de representaciones de figuras de los monjes y los prisioneros de la abadía. También armas, esculturas, pinturas, instrumentos de tortura de la Edad Media. Desde el jardín amurallado del museo, podrás ver una parte de la bahía a través de un periscopio del siglo XIX.
Abadía de Mont Saint Michel
Tras subir la empinada calle llegarás a la Abadía de Saint Michel, una amplia escalera se abre ante tí, por delante se encuentran las robustas paredes del monasterio adaptadas a las formas de la roca de la colina, por detrás, las vistas a las marismas.
La historia de la abadía de Saint Michel comenzó en el año 708 cuando el obispo de Avranches, levantó en medio de un bosque, un santuario en honor del Arcángel San Miguel.
Una marea viva arrasó el bosque y separo el monte de tierra firme, quedándose unido a tierra tan solo con marea baja. En el siglo X, los monjes benedictinos de San Wandrille llegaron, y con ellos se fue creando la población.
En el año 966 los monjes benedictinos reemplazarían la primitiva iglesia por una de estilo románico y en el siglo XI, se comenzó a construir sobre un conjunto de criptas, en la cima del peñasco y los primeros edificios conventuales.
La abadía actual se comenzó a construir en el siglo XII, que sufre constantes asedios debidos a la influencia política de los monjes. A partir del siglo XIII se comenzó a levantar el conjunto gótico con dos edificios de tres pisos con el claustro y el refectorio donde estaban los monjes.
En los siglos XIV y XV, se protegió con construcciones militares para resistir los más de 30 años que fue sitio en la guerra de los Cien años. En el interior puedes ver maquetas con su transformación.
La abadía benedictina, experimentó modificaciones continuas hasta el siglo XVIII, por eso en ella vemos estilos carolingio, románico, gótico flamígero y clásico.
Durante la Revolución Francesa, los monjes huyeron y la abadía fue transformada en prisión. Está se cerró en 1863 y se declaró de interés histórico en 1874 y los monjes volvieron 100 años después. Posteriormente fue objeto de grandes restauraciones que nos permiten verla hoy en día como la vieron sus habitantes y monjes en la Edad Media.
La abadía está coronada por una estatua del arcángel San Miguel, de bronce dorado, que remata el campanario. Es obra de un escultor francés, Emmanuel Fremiet.
La visita a la abadía del Mont Saint Michel mereció mucho la pena, es una maravilla. Al sacar la entrada te dan un tríptico con las explicaciones por plantas en español. Es grandísima por dentro y eso que hay dependencias de monjes en las que lógicamente no puedes entrar.
Horarios de la abadía del Mont Saint Michel
Consulta en la web oficial del Mont Saint Michel los horarios por posibles cambios.
El pueblo del Mont Saint Michel es de libre acceso sin billete ni limitaciones horarias.
Qué ver cerca
Te recomendamos que descubras los pueblos cercanos de la región de Bretaña, uno que nos enamoró, del que te hablamos en nuestro post sobre Qué ver en Saint Malo, te encantará, también en él podrás ver el efecto de las mareas.
Después de recorrer la abadía y la población, salimos a coger de nuevo la navette que nos llevó en un momento al parking y de allí fuimos a nuestro siguiente destino.
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