Santo Estevo de Ribas de Sil es uno de los conjuntos monásticos más importantes del patrimonio gallego. Se encuentra en la Ribeira Sacra del lado de Ourense, en la orilla izquierda del río Sil, rodeado de bosques de robles y castaños. Hoy en día puedes disfrutar plenamente de su visita porque se ha convertido en Parador de Turismo y su estado de conservación es maravilloso.
Como todos los monasterios de la Ribeira Sacra, este conjunto arquitectónico tiene un origen eremítico. Parece ser que se remonta al siglo VI, ya que se cree que fue un eremitorio fundado por San Martín Dumiense al que iría a retirarse Santo Estevo.
Documentalmente está recogido en el siglo X, momento en el que el rey Ordoño II se lo cede al abad Franquila para su reconstrucción. Este le devuelve la vida monástica y lo convierte en un lugar de peregrinación.
Al Monasterio de Santo Estevo llegaron, a lo largo del siglo X y XI, nueve obispos renunciando a sus sedes episcopales. Podemos ver sus restos allí enterrados y en el escudo sus nueve mitras.
Tras la reforma canónica de los Reyes Católicos, el Monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil pasó a pertenecer a la congregación de San Benito de Valladolid. Este es el momento en que su transformación fue mayor, ya que en 1530 pasó a ser Colegio de artes para los hermanos más jóvenes, actividad que dura hasta que en 1898 tras la desamortización son exclaustrados y el conjunto pasa a ser propiedad particular.
En 1985, Santo Estevo, fue declarado Bien de Interés Cultural y en la actualidad, desde el año 2004, se ha convertido en Parador de turismo, y la verdad es que no puede estar en mejor entorno.
Visitando el Monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil
Dejamos el coche en lo alto de la colina para disfrutar de la estupenda perspectiva del monasterio y después de hacer unas fotos bajamos caminando a la plazoleta delantera.
Justo antes de llegar, en el lugar reservado para los coches de los alojados, hay dos de las imágenes más típicas gallegas: un hórreo y un bonito cruceiro con las imágenes de Cristo crucificado en un lado, y la Virgen con su hijo en su regazo en el otro.
Contemplamos el exterior de este bello conjunto formado por la iglesia y el convento. Tiene forma de “L”, estructura típica de los monasterios benedictinos. Frente a la iglesia hay un pequeño cementerio.
Justo antes de llegar, en el lugar reservado para los coches de los alojados, hay dos de las imágenes más típicas gallegas: un hórreo y un bonito cruceiro con las imágenes de Cristo crucificado en un lado, y la Virgen con su hijo en su regazo en el otro.
Contemplamos el exterior de este bello conjunto formado por la iglesia y el convento. Tiene forma de “L”, estructura típica de los monasterios benedictinos. Frente a la iglesia hay un pequeño cementerio.
La iglesia
La Iglesia de Santo Estevo es de estilo románico tardío y tiene un gran valor artístico. Como viene siendo habitual, las obras de las iglesias se comienzan desde su cabecera. Está se comenzó en el siglo XII, tiene tres ábsides semicirculares y curiosamente los laterales son más altos que el central, algo poco habitual en el románico gallego. Los ábsides tienen una variada decoración de arquillos ciegos sobre ménsulas y metopas entre ellos.
Lo último en construir, a principios del siglo XVII, fue su fachada. Es sencilla y en su decoración destaca su óculo, una hornacina con la imagen de San Esteban y a los lados dos torres.
El interior de la iglesia presenta planta basilical de tres naves que acaban en los tres ábsides. El retablo mayor fue esculpido en 1593 por Juan de Angés el Mozo y pintado por Manuel de Arnao. Detente a ver sus bellos retablos el órgano y la pila bautismal.
En un lateral del crucero hay un retablo de piedra de granito digno de mención ya que es único en su género. Está datado en el siglo XII o principios del XIII y parece ser que fue parte del tímpano de un altar. Está bellamente labrada por ambas caras con una arquería románica en la que podemos ver a los apóstoles en la delantera y en la posterior la imagen de Cristo coronado bendiciendo.
¿Te gustaría dormir en el Monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil? Puedes hacerlo en este enlace, merece la pena disfrutar de este maravilloso lugar.
La portada de entrada al monasterio
Salimos de la iglesia para detenernos en la portada del convento, construida a finales del siglo XVII y comienzos del XVIII. Un gran escudo imperial de Carlos V con un águila bicéfala remata sus tres calles en las que también vemos las hornacinas con San Vicente abad y San Benito y los escudos del monasterio y de la Congregación de Valladolid.
Accedemos directamente al claustro de los Caballeros, no es el único, también están el Claustro dos Bispos y el Claustro do Viveiro. Cada uno de un estilo: renacentista, románico y gótico.
Accedemos directamente al claustro de los Caballeros, no es el único, también están el Claustro dos Bispos y el Claustro do Viveiro. Cada uno de un estilo: renacentista, románico y gótico.
Claustro Grande
El Claustro Grande o Claustro de los Caballeros comienza a levantarse en el siglo XVI, es el más “moderno” de los tres y se edifica para alojar al Colegio de Artes. Es de estilo renacentista y de Diego de Isla. Es de planta cuadrada y cuenta con tres alturas, aunque originalmente eran dos, la tercera altura se añadió a partir de 1721.
Del lienzo sólo se conservaban las basas, y durante la restauración del edificio se le puso un muro de cristalera bastante controvertida. También podemos ver muchos vanos de las plantas superiores cegados debido a que son las habitaciones del Parador.
Claustro de los Obispos
Desde este claustro se accede al Claustro de los Obispos, construido entre los siglos XII y XIII. Su nombre se debe a que en el estuvieron enterrados los nueve obispos que se retiraron a este monasterio, en la actualidad se conservan en la iglesia. Albergaba las dependencias monásticas con la sala capitular, el refectorio, la cocina, dormitorio… y está comunicado con la iglesia. Lo que vemos en la actualidad es el resultado de su gran reforma tras el incendio de 1562.
Claustro Pequeño
Y también pudimos ver el Claustro Pequeño, adosado al Claustro de los Obispos, es de finales del siglo XVI, y se edificó para alojar las dependencias del abad. También se conoce como Claustro do viveiro porque en una gran fuente que había en el centro, los monjes conservaban pescado vivo traído de las pesqueras del Sil.
La visita al Convento es gratuita porque, como ya te he comentado, el lugar es ahora un Parador Nacional, puedes acceder a su interior sin horarios establecidos. Por supuesto puedes disfrutar de sus instalaciones como cliente de la cafetería, el restaurante o de las habitaciones.
Qué ver en los alrededores
En nuestro viaje en coche por la Ribeira Sacra de Ourense, vimos algunos de los rincones más emblemáticos y especiales como Castrocaldelas uno de los pueblos más bonitos de España con su castillo. El Monasterio de San Pedro de Rocas y sus tumbas antropomórficas, el Monasterio de Santa Cristina de Ribas de Sil, el Monasterio de Xunqueira de Espadanedo y el de Santa María de Montederramo. También tuvimos tiempo para dar un paseo en catamarán por el río Sil y ver la Ribeira Sacra desde alguno de sus miradores.
¿Dónde está Santo Estevo de Ribas de Sil?
Y hasta aquí nuestra visita al Monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil, un conjunto monástico con una mezcla armónica de estilos arquitectónicos, situado en un codo del río Sil, un lugar mágico que te recomiendo visitar.
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6 Comentarios
No conocíamos el Monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil, pero definitivamente nos enamoró, especialmente el entorno natural donde se encuentra, alejado del bullicio de la ciudad, perfecto para pernoctar unos días en este precioso Parador Nacional.
ResponderEliminarAdemás, siempre viene bien que la entrada sea totalmente gratuita y que no haya horarios restringidos por si solo se quiere realizar un alto en el camino.
Es impresionante que un monasterio del S.VI y el claustro de los obispos después del incendio, se conserve en tan buenas condiciones.
Parece bastante interesante la Ruta por la Ribeira Sacra de Ourense que realizasteis, ¿cuantos días recomendáis?
Gracias y un saludo.
Bueno, todo depende de la calma con que te guste recorrer los monasterios, peeo si te organizas bien, con un fin de semana tienes de sobra.
EliminarPoder alojarte en un monasterio con tanto arte es un lujo y si además acompaña un bonito paisaje para recrear la vista todo es fabuloso.
ResponderEliminarAbrazos.
La verdad que si Conchi, nosotros no lo hicimos pero debe molar. Un beso
EliminarSanto Estevo de Ribas de Sil es uno de los pocos monumentos gallegos importantes que me quedan en la lista para visitar. Soy un enamorado de Galicia y siempre que puedo me escapo para recorrerla o hacer una ruta por sus pueblos. Sin duda, Santo estevo de Ribas debe ser uno de los monasterios más importantes del impresionante patrimonio gallego.
ResponderEliminarImagino que al haberse convertido que parador de turismo lo habrán restaurado para adaptar sus instalaciones. Sólo espero que no haya perdido su esencia, porque hay veces que es una pena como transforman el patrimonio.
Creo que El Claustro de los Obispos me tiene que encantar. Me gusta mucho la arquitectura románica, y este claustro es uno de los más bonitos que he visto (al menos en foto).
También decir que la Ribeira Sacra del lado de Ourense, es un entorno natural precioso que también merece la pena visitar. Si he recorrido la zona y es una delicia.
Uno de los destinos turísticos que tengo pendientes es Galicia, fui hace muchos años, cuando era estudiante y me gustaría volver con mi familia. Cuando veo maravillas como este monasterio convertido en Parador me reafirmo en que tengo que volver a Galicia y desde luego, he apuntado este parador para alojarnos en él. Hemos estado en otros paradores y tienen un gran encanto. Ahora el Monasterio de Santo Estevo de Ribas se ve un lugar ideal por su belleza y para poder desconectar, disfrutar de la naturaleza y de la arquitectura románica. Por lo que se ve el estado de conservación es excelente y sorprende el interior de la iglesia con esos maravillosos retablos. El retablo mayor me parece una auténtica belleza y el retablo de piedra de granito precioso. Eso sí, las dos figuras del claustro de los caballeros dan un poco de miedo.
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