Hoy viajamos al continente africano para enseñarte Abu Simbel, un conjunto arqueológico formado por dos maravillosos templos. Se encuentran en Egipto, concretamente en Nubia a orillas del lago Nasser.
Fueron mandados construir por el faraón Ramsés II en el siglo XIII a. C., y estamos seguros de que te dejarán sin palabras. Forman parte del Museo al Aire Libre de Nubia y Asuán, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco
Es curioso pensar que estas dos joyas egipcias podían haber acabado bajo el agua tras la construcción de la Presa de Asuán, que originó el lago Nasser. Pero no nos adelantemos, a continuación, te contamos un poquito de su historia, como llegar a Abu Simbel, todo lo que ver y el motivo de que debería incluirlo en los imprescindibles que ver en Egipto. ¿Nos acompañas?
Dónde está Abu Simbel
Esta es la ubicación de Abu Simbel (أبو سمبل), está ubicado en Nubia, en la ribera occidental del lago Nasser, a unos 300 km por carretera de Asuán al sur de Egipto, muy próximo de la frontera con Sudán.
Cómo llegar a Abu Simbel
Hay muchas maneras de llegar hasta Abu Simbel, si tu viaje es organizado no vas a tener ningún problema, ya que la propia excursión te ahorrará este paso.
✈Llegar a Abu Simbel desde El Cairo o Asuán en avión
Si estás en EL Cairo o en Asuán puedes llegar en avión, ya que en el mismo Abú Simbel hay un pequeño aeropuerto con vuelos de EgyptAir, que ofrece tres vuelos diarios entre Asuán y Abu Simbel. Los vuelos desde El Cairo suelen una escala en Asuán que dura entre 30 y 60 minutos.
Es la opción más cara, pero la mejor y la más rápida, ya que evitarás un largo viaje por carretera. Una vez en el aeropuerto hay autobuses lanzadera gratuitos al yacimiento.
Si no te quieres complicar la vida puedes reservar aquí una excursión a Abu Simbel en avión desde El Cairo. Te recogerán en el hotel llevándote hasta el aeropuerto irás hasta allí en avión, te lo enseñarán y vuelta al hotel. No puede ser más fácil.
🚌Llegar a Abu Simbel desde Asuán en autobús
Si estás en Asuán las distancias se acortan y puedes ir en autobús, si lo tuyo es viajar totalmente por libre puedes optar por el transporte público evitando así los tours organizados. Pero hay un pequeño problema, ya que sale de la estación de Asuán a las 8 y regresa a las 13:30, teniendo en cuenta que el trayecto dura unas 4 horas, tan solo tienes una hora y media para verlo y volver, por lo que tendrás que volver en furgoneta regateando al conductor, o quedarte a dormir allí. Eso si, puedes aprovechar para ver la iluminación nocturna o ver el amanecer frente al Lago Nasser, y volver al día siguiente.
Puedes ir en autobus con esta excursión a Abu Simbel, en la que te recogerán temprano en el hotel o en el barco, y, junto con un egiptólogo, irás por carretera viendo el amanecer en el desierto para conocer estos maravillosos templos, una experiencia inolvidable.
🚢Llegar a Abu Simbel a través del Crucero por el Lago Nasser
El lago Nasser hace también cruceros para dar a conocer las joyas que hay a su alrededor, incluido Abu Simbel. Recorrerás la antigua tierra Nubia, una de las primeras civilizaciones del país.
Hay un Crucero de 4 días por el lago Nasser o de 5 días en los que está incluida la cena con espectáculo de luz y sonido en Abu Simbel, la antigua ciudadela de Qasr Ibrim, el Templo de Amada, y los de Derr, Dakka, Mahrakka y Kalabsha, entre otros.
🚕Llegar a Abu Simbel en taxi
Evidentemente lo más cómodo es llegar en taxi a Abu Simbel, tendrás que regatear con el conductor el precio, eso sí, no tendrás contigo la compañía de un guía.
Cambio de ubicación de los templos
Cuando se comenzó a construir la presa de Asuán, se inició una campaña internacional de recaudación de fondos para salvar los monumentos esta zona de Egipto que estaban en peligro de desaparecer bajo el agua.
Hubo muchas propuestas y finalmente en 1964, un equipo formado por ingenieros, arqueólogos y operadores de todo el mundo comenzaron a trasladar los templos al lugar en el que los puedes ver en la actualidad. Los dividieron en bloques de al menos 20 toneladas llevándolos y volviéndolos a montar en su nueva ubicación a salvo del agua.
Esto supuso un gran reto para la ingeniería arqueológica en la historia. Y algo que parece imposible cuando estás allí contemplándolo.
Taquilla - Horarios y precios
El horario habitual de Abu Simbel es de 5 a 18, pero a veces hay variaciones como cuando lo visitamos nosotros que era Ramadan y cerraban antes. Nos costó 260 LE algo menos de 8€.
A la entrada del complejo de Abu Simbel hay una taquilla, junto a ella se encuentran los aseos y un bar.
En todos los recintos arqueológicos de Egipto hay controles de seguridad y este no es la excepción, pero son bastante rápidos.
Una vez dentro hay un paseo que te conduce a los templos, si quieres puedes ir en buggy, tendrás que darle una propina al conductor, pero caminando es un momento y podrás ir viendo el lago Nasser.
El sitio arqueológico de Abu Simbel
El sitio arqueológico de Abu Simbel está compuesto por dos templos, el mayor de ellos es el Gran Templo de Ramsés II, y el menor, pero no menos impresionante y que se encuentra a su lado, es el de Hathor, y está dedicado a Nefertari, la esposa favorita de Ramsés.
Los siglos fueron cubriendo de arena los templos, y no fue hasta 1813, cuando se descubrió por casualidad, ya que tan solo una de las cabezas sobresalía en la arena. Años más tarde se consiguió retirar la arena y entrar y hubo importantes saqueos.
Muchos historiadores afirman que fue un niño llamado Abu Simbel el que condujo al arqueólogo hasta los templos. Pero no se sabe a ciencia cierta si esto fue lo que le dio su nombre.
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Gran Templo de Ramsés II
El primero de los dos templos que vemos al llegar es el Gran Templo de Ramsés II, que se encuentra excavado en la montaña y fue construido entre el 1274 y 1244 a.C.
Fue mandado construir por Ramsés II tras la Batalla de Kadesh en Canaán, y dedicado a las grandes deidades del Antiguo Egipto: Amón, Ra, Ptah y a su propio culto ya que los faraones en el antiguo Egipto eran considerados dioses.
La vista del templo no puede ser más alucinante, su fachada tiene unos 35 metros de anchura por casi 40 de altura y forma trapezoidal. En ella hay cuatro colosales estatuas de unos veinte metros de altura vigilando el acceso.
Todas ellas representan a Ramsés II, sentado en un trono con la doble corona del Alto y Bajo Egipto, símbolo de su dominio sobre el valle del Nilo. Cuentan con brazaletes, barba postiza, signo de que el faraón estaba vivo, y cartuchos con el nombre de coronación.
En lo alto de la fachada hay un friso en el que se encuentran 22 babuinos con los brazos extendidos adorando al sol. Y a los pies de los grandes colosos, hay otras estatuas más pequeñas que representan a miembros de la familia de Ramses, como su esposa favorita Nefertari, su madre Tuya, y algunos de sus hijos.
Parte de la segunda estatua de la derecha se derrumbó tras un terremoto, podemos ver los grandes bloques de piedra caídos delante de ella.
Tanto estas estatuas como las del interior son casi inexpresivas y con frontalidad, un estilo canónico en el Arte Egipcio, que da la imagen inmutable de algo alejado de la vida mundana.
Interior del templo
El interior del templo tiene muchas similitudes con otros templos egipcios, ya que está configurado a través de un eje longitudinal que distribuye las diferentes estancias.
La sala hipóstila es la primera que encontramos, bajo un alto techo decorado con buitres se hayan ocho grandes pilares con estatuas adosadas de Ramsés deificado vinculado al dios Osiris.
Las estatuas de la izquierda llevan la corona blanca del Alto Egipto, y las de la derecha la corona doble del Alto y el Bajo Egipto. En los muros laterales hay bajorrelieves con escenas de batallas del reinado de Ramsés II y ofrendas a los dioses.
La siguiente estancia tiene cuatro pilares decorados con ofrendas a los dioses con representaciones de Ramsés y Neferari.
Esta da acceso a una sala trasversal que lleva al santuario en el que se encuentran talladas en la roca cuatro figuras sentadas talladas en la roca: Ra-Horajti, Ramsés, Amón y Ptah.
A los lados de la sala hipóstila salen un total de seis salas secundarias, que, aunque no se sabe con exactitud su destino, probablemente fueran para contener ofrendas.
La luz del interior
El templo actualmente está muy bien iluminado con luces indirectas, pero hay que tener en cuenta que la iluminación interior venía dada tan solo por la puerta de entrada y según vas entrando cada vez hay menos luz, además las salas van disminuyendo de tamaño, en superficie y en altura.
Los egipcios demuestran una vez más su gran conocimiento de astronomía, ya que fue construido con una orientación que durante los días 21 de octubre y 21 de febrero, los rayos solares penetran hasta el santuario que se encuentra como te hemos contado al fondo y se iluminan tres de las cuatro estatuas, queda sin luz el dios Ptah, el dios relacionado con el inframundo.
Templo de Nefertari
El templo que se encuentra a su lado excavado también en la roca está dedicado a Nefertari, esposa favorita de Ramses, que asume el papel de la diosa Hathor.
Seis son las figuras que la decoran y están de pie con sus piernas izquierdas avanzadas ligeramente y entre ellas hay pilares con jeroglíficos
Cuatro representan a Ramsés II y dos a Nefertari con el vestido de la diosa Hathor. Todas tienen unos 10 metros de altura, esto es un dato curioso, ya que las representaciones de este tipo, la mujer tiene un tamaño inferior, habitualmente su imagen llegaría tan solo a la altura de la rodilla del faraón. Bajo ellos se pueden ver las imágenes de sus muchos hijos.
La entrada tiene un friso en bajo relieve con representaciones de la diosa Uadyet y cartuchos con el nombre de Ramsés II.
En el interior podemos ver una sala con seis columnas con capiteles decorados con la cara de la diosa Hathor hacia la nave central, y con la cara de otras deidades egipcias hacia el área interior de la estancia. Las paredes están decoradas con diferentes escenas, como la matanzas rituales de enemigos por parte de Ramsés II, o también ofrendas a los dioses.
De aquí pasamos a la estancia transversal que conduce al santuario a través de tres puertas abiertas en la roca, la central conduce al santuario, en el que se representa a la diosa Hathor en forma de vaca sagrada entre dos pilares.
Vídeo de Abu Simbel
Los templos de Abu Simbel son considerados como los más monumentales de Egipto y los más bellos de todos los edificados durante el reinado de Ramsés II. Es complicado hacer una valoración viendo la cantidad de maravillas que encierra este país, pero lo que tenemos muy claro es que es algo que hay que ver al menos una vez en la vida porque es espectacular.
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