Hoy queremos enseñarte lo más interesante que ver en Carmona, una preciosa localidad de la provincia de Sevilla, considerada como uno de los pueblos más bonitos de Andalucía.
Las calles de Carmona rezuman historia por todas partes, ya que por ella pasaron entre otros, cartagineses, romanos y musulmanes. Todos ellos fueron dejando su huella en sus muchos monumentos, murallas, alcázar, anfiteatro romano, y una bonita colección de templos, entre todas las maravillas que ver en Carmona. ¿Nos acompañas?
Dónde está Carmona
Esta es la ubicación de Carmona. Es una ciudad de la provincia de Sevilla, que pertenece a la Comunidad autónoma de Andalucía.
Qué ver en Carmona
Hay dos zonas bien diferenciadas que ver en Carmona: la zona con restos romanos compuesta por el anfiteatro y la necrópolis. Y la zona que estuvo totalmente rodeada por una muralla, que fue declarado conjunto histórico en 1963.
Necrópolis
Carmona alcanzó un gran esplendor bajo el imperio romano, y en la ciudad podemos ver importantes restos su mayor esplendor.
La necrópolis se encontró, de modo accidental, en un trabajo de allanamiento de la zona en 1868,poco después comenzaron las excavaciones. Con el tiempo pasa a pertenecer al Estado y se reanudan las excavaciones en 1930, que sacan a la luz las estructuras funerarias que componen la necrópolis romana de Carmona.
La necrópolis es de entre los siglos I y II, cuando la incineración era el método utilizado por los romanos para despedir a sus seres queridos. Podemos ver en el recorrido quemaderos y mausoleos, tanto individuales como familiares con cámaras subterráneas.
Para ocultar la tosquedad de la roca, las tumbas se decoraban y en algunos de ellos podemos ver muchas pinturas. Las tumbas más impresionantes del conjunto son la Tumba del Elefante y la Tumba de Servilia.
Anfiteatro romano
Frente a la necrópolis se encuentran los restos del anfiteatro romano de Carmona, lugar destinado sobre todo a los espectáculos de fieras y gladiadores.
Según una reciente tesis fue construido en el siglo I a.C. y podía acoger entre 18000 y 20000 espectadores.
Hay una visita guiada por la Carmona romana que es muy interesante, ya que fue uno de los núcleos urbanos más importantes de la Bética romana. No solo te llevará por el anfiteatro y el mausoleo, también te llevaran al interior de la ciudad amurallada para conocer sus lugares romanos más representativos.
Conjunto de defensa de Carmona
El recinto de las murallas de Carmona tenía casi 50 hectáreas y se encontraba protegido por varias puertas y dos alcázares el de arriba estaba a su vez protegido por dos murallas.
Alcázar de la Puerta de Sevilla
El alcázar de la Puerta de Sevilla se encontraba en el punto más desprotegido para la defensa de la ciudad, por lo que este pequeño alcázar se construyó a conciencia para resguardar la entrada.
Esta puerta ya existió en tiempos de los cartagineses entre el 237 y el 206 a. C. Posteriormente sería reformada por los romanos y entre los siglos IX y XII los almohades volverían a reforzarla. Le añadieron a los arcos romanos, un arco de herradura de época califal del siglo X y otro de herradura apuntado de época almohade en el siglo XII.
El interior del conjunto se reformó durante el reinado del Rey Pedro I, en el S.XIV. Puedes ver el Salón de los Presos Bajo y Alto, el Patio de los Aljibes y subir a la denominada Torre del Oro.
Puerta de Córdoba
En la parte alta de la población se encuentra otra de las puertas que ver en Carmona aún en pie. La Puerta de Córdoba está en el trazado de la calzada que atravesaba la ciudad, su cardo máximo y que se comunicaba con la Puerta de Sevilla.
Este arco triunfal, pero con otro aspecto, fue levantado por los romanos en el siglo I, y con el paso del tiempo se ha ido modificando. En el siglo XVI se reformó con estilo renacentista y el aspecto barroco fue en tiempos de Carlos II.
Alcázar de arriba
En la parte más alta de la población se encuentra el Alcázar de Arriba, también conocido como el Alcázar de Marchena o Alcázar del Rey Don Pedro, un imprescindible que ver en Carmona.
Pedro I de Castilla, en el siglo XIV, elige Carmona como lugar de residencia. Para ello rehabilita una fortaleza musulmana construida durante la época del Califato de Córdoba. Tras las obras, el conjunto estaba compuesto principalmente de doble muralla con foso, nueve torres, patio de armas, dos puertas de acceso y dependencias interiores.
Tras vivir innumerables asedios, los Reyes Católicos restauraron y embellecieron las dependencias y le añadieron el cubete, una fortificación avanzada dedicada a la artillería.
La decadencia del conjunto fue paulatina, y varios terremotos afectaron a la ciudad. El promero fue en 1504 y a pesar de ser restaurado en 1551, el terremoto de Lisboa de 1.755, lo asoló y quedó abandonado.
El alcázar fue cedido al estado quien construyó un Parador de Turismo, pero solo se restauró el Patio de Armas, quedando el resto en ruinas consolidadas.
Actualmente puedes ver la entrada al recinto, a través de tres arcos de herradura ligeramente apuntados enmarcado por un alfiz con ranura interior para el rastrillo.
El patio de armas es rectangular y el edificio del parador ocupa parte de él. Se encuentra encuadrado en un extremo de la muralla exterior que rodeaba el conjunto, y además había otra línea de murallas que protegía el conjunto interior. Podemos ver también varios torreones entre los que destaca la Torre del Homenaje.
Torre de Picacho
Desde el Alcázar hay bonitas vistas de los alrededores de Carmona. Podemos ver a lo lejos por ejemplo la torre de Picacho.
La Torre de Picacho es una torre de comunicaciones ópticas. Fue construida a mediados del siglo XIX para que funcionara como la torre nº 45 de la línea de telegrafía óptica de Andalucía. Esta línea tan solo funcionó entre 1851 hasta 1857, cuando se sustituyeron las torres ópticas por los postes de telegrafía eléctrica.
Casco histórico de Carmona
Nos disponemos ahora a recorrer el interior de las murallas para conocer el casco histórico de la ciudad, en el suelo tienes flechas para conocer lo más interesante que ver en Carmona. Y también tienes la posibilidad de hacer una visita guiada por la ciudad.
Puedes pasear por la antigua judería, conocer el centro cívico de la ciudad donde se cruzaban el Cardo máximo y el decumano. También la plaza de abastos, situada en el interior de un edificio de 1842.
Bonitas calles como la Prim o la Calle Pedro I. Y bellos palacios como el de los Dominguez, de estilo barroco construido en el siglo XVIII, que actualmente es sede de la Biblioteca Municipal.
El palacio del Marqués de San Martín, con salones que conservan su decoración original del siglo XIX y con bellos patios entre los que destaca uno mudéjar del siglo XV. La Casa de las cadenas, barroca del siglo XVIII. La casa de los Rueda con elementos de entre los siglos XVII y XVIII.
La Casa palacio del marqués de las Torres o Palacio de la Familia Quintanilla, con origen del siglo XVI. Y que actualmente alberga el Museo de la Ciudad. Y el palacio de los Aguilar, antigua sede del Concejo hasta la segunda mitad del siglo XVI, con una bella portada barroca de 1697.
Iglesias de Carmona
En el interior de la muralla de Carmona hay un buen puñado de iglesias interesantes y también una extramuros de la que te hablaremos también.
Iglesia de San Bartolomé
La primera que vemos nada más adentrarnos en la ciudad, es la iglesia de San Bartolomé. Se construyó en el siglo XV en estilo gótico y en sus reformas de segunda mitad del siglo XVIII se añadieron algunos elementos barrocos.
Tiene planta basilical de tres naves, cabecera plana con tres ábsides y cubiertas de bóvedas nervadas góticas.
Exteriormente destaca una de sus tres portadas, decorada con arquivoltas bajo su tejaroz, y la torre que acaba con una terraza abalaustrada con el cuerpo de pequeños pináculos y un chapitel de perfil curvo.
Iglesia de San Felipe
La iglesia de San Felipe es siglo XIV con grandes modificaciones entre los siglos XV y XVI. Esta iglesia gótico-mudéjar es planta basilical dividida en tres naves y tres cabeceras.
Destaca su artesonado con decoración pictórica y en el exterior la portada principal del siglo XV, con tres arquivoltas, y la torre-fachada renacentista.
Iglesia de Santiago
La iglesia de Santiago se construyó en tiempos de Pedro I sobre una mezquita de la que se conserva parte del alminar.
Tiene planta basilical dividida en tres naves, y en el siglo XVIII se culmina la torre con la construcción del campanario.
El templo cuenta con tres portadas, una de ellas está decorada en el siglo XVIII con azulejería que representa la batalla de Clavijo.
Y en el interior destaca la capilla de Jesús Nazareno del siglo XV, el retablo mayor de Bernardo Simón de Pineda, y el bello artesonado mudéjar de madera, que puede verse a través de una pasarela colocada en el año 2008.
Iglesia Prioral de Santa María
El principal templo que ver en Carmona es la Iglesia de Santa María construida en el solar de la mezquita mayor, de la que puede ver el patio de las abluciones.
Se construyo durante los siglos XV y XVI, comenzó adoptando una estética gótica y acabó con estética renacentista. También tiene detalles barrocos, como la Puerta del Sol y la capilla Sacramental.
No pudimos ver bien el retablo mayor, ya que estaba tapado por los adornos de una cofradía, pero es una joya de 1563 con relieves representando la vida de Jesús.
Destaca también la bóveda estrellada del cimborrio, la Capilla del Cristo de Los Martirios de estilo flamenco, la talla gótica de la Virgen de Gracia, patrona de la ciudad. Y una sala con piezas de orfebrería, ornamentos y pinturas de Zurbarán y Bocanegra.
Convento de las Descalzas
Justo enfrente de la iglesia Prioral, se encuentra el convento de la Santísima Trinidad, conocido más popularmente como convento de las Descalzas.
A pesar de la oposición del cabildo eclesiástico debido a su proximidad con la prioral, la comunidad funda esta sede de la Orden de las Recoletas Descalzas de San Agustín.
Se comienza a construir en 1718 finalizándose en 1748 y está conformado por la iglesia, con las dependencias de la clausura, alrededor de un patio central. Destaca en el conjunto la torre campanario de planta cuadrada rematada por el denominado cupulín, decorado con azulejos azules y blancos.
Iglesia del Divino Salvador
La iglesia del Divino Salvador se construyó en el año 1700 finalizándose en el 1720. Tiene planta de cruz latina de tres naves, cabecera plana y el crucero, sobre el que se encuentra una bellísima cúpula sobre tambor, rematada por una linterna.
En el exterior podemos ver dos portadas barrocas y como curiosidad, también se puede ver el inicio de la torre que no llegó a finalizarse.
Convento de Santa Clara
El convento más antiguo que ver en Carmona es el de Santa Clara, que acoge una comunidad de monjas de clausura franciscanas clarisas. La bula del Papa Pío II en 1460, a petición de doña Teresa y doña Beatriz de Salcedo, permitió su fundación.
La iglesia tiene una sola nave rectangular, cubierta con una cubierta de madera que sigue la estética del convento mudéjar sevillano, zócalo de azulejos del siglo XVI y bóveda de crucería gótica en la cabecera y pinturas doradas barrocas.
Iglesia de San Pedro
Y para acabar con las iglesias que ver en Carmona, salimos de la muralla para ver frente a la puerta de Sevilla, la Iglesia de San Pedro.
Fue construida en el siglo XV sobre la ermita de la Virgen de la Antigua. Tiene planta basilical con dos naves laterales y crucero. La torre del siglo XVII se remata en el siglo XVIII con el mismo aspecto de La Giralda, por lo que se la conoce como la giraldilla.
Vídeo de Carmona
Dónde comer
Comimos en el Restaurante el Molino de la romera, situado en la Calle Puerta de Marchena, muy cerquita del Alcázar de arriba. Una comida muy rica y muy bien presentada en un local muy agradable.
Dónde dormir
Hay muchas opciones de alojamiento en Carmona. Como te comentábamos cuando hablábamos del alcázar, puedes dormir en el Parador.
Otra opción interesante, que a nosotros nos gustó, es el Alcázar de la Reina, situado en un bonito edificio mudéjar con piscina al aire libre, a 400 metros de centro.
Y ahora ya sabes qué ver en Carmona, una preciosa ciudad de la provincia de Sevilla con un legado extraordinario, que merece la pena ser visitada.
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