Almeida es una pequeña localidad incluida dentro de las
12 aldeas históricas de Portugal y considerada como uno de los
mejores ejemplos de fortificación abaluartada existentes en el país. Merece
la pena recorrer esta villa fortificada, pasear por su infranqueable sistema
defensivo de 12 puntas, y las empedradas calles de su bello casco histórico
que confluyen en las ruinas de su castillo medieval. ¿Te apetece
conocerlo?
Almeida fue escenario de multitud de batallas, debido a su posición estratégica. Tras la reconquista cristiana a finales del siglo XIII, el rey D. Dinis reconstruyó el castillo y le dio una carta al pueblo.

Almeida fue escenario de multitud de batallas, debido a su posición estratégica. Tras la reconquista cristiana a finales del siglo XIII, el rey D. Dinis reconstruyó el castillo y le dio una carta al pueblo.
Durante la guerra de 7 años perteneció a España, regresando a manos
portuguesas en 1763. También fue escenario de luchas en las invasiones
francesas de 1810, o las liberales de D. Pedro y D. Miguel entre los
años 1829 y 1832. Su actividad militar cesó en el año 1927, cuando el último
Escuadrón de Caballería abandonó la fortaleza.
Lo que nos queda en la actualidad es una maravillosa fortaleza, muy bien
conservada y un pueblo que merece la pena ser recorrido con calma.
Lugares para visitar en Almeida
Por supuesto el principal lugar que visitar en Almeida es
la fortaleza en sí, exponente de la arquitectura militar de bastiones
en Portugal. Fue construida durante los siglos XVII y XVIII, y tiene 2500
metros de paredes en forma de
estrella de 12 puntas (hexágono doble), con seis baluartes e igual
número de revellines y rodeada de un gran foso. Puedes pasear por sus
murallas, conocer los bastiones, revellines y descubrir sus puertas dobles
Puerta de San Francisco
Tras dejar el coche en el exterior, subimos por el
Largo 25 de Abril, para encontrarnos con la primera de sus puertas
dobles, la de San Francisco, donde se encuentra la
Oficina de Turismo.
La primera puerta, en forma de túnel abovedado, da paso a un puente que
imaginamos sería levadizo, sobre el foso, al fondo la segunda puerta nos
conduce al interior de la población.



Cuartel de las Escuadras
Una vez dentro podemos ver, justo a la izquierda, el
Cuartel de las Escuadras, con una bonita escalinata lateral. Fue
construido en el siglo XVIII, para ser utilizado como cuartel de
infantería.

Iglesia de la Misericordia
Junto a él, en la plaza de la República, está la
iglesia de la Misericordia, en la que podemos ver dos ventanas con
balcones en sus laterales. Se encuentra adosada al edificio del hospital
formando la Casa de la Misericordia, fundada en 1520 como reza en un
azulejo.

Jardín y Monumento a los Muertos
Frente a estos edificios hay un espacio verde en el que se encuentra el
Monumento a los combatientes muertos en la Primera Guerra Mundial.

Iglesia Matriz
Al otro lado de los jardines, se encuentra la Iglesia Matriz, parte de un antiguo convento del siglo XVIII, utilizado como hospital y cuartel. La iglesia que vemos en la actualidad, se reformó en el siglo XIX. En ella destaca el campanario y en el interior la Capilla del Niño Jesús.

Puerta de San Antonio
Si continuamos bordeando la muralla hacia la izquierda, nos encontraremos con
otra de las puertas dobles, la de San Antonio, en la que podemos ver el
escudo real. Es curioso observar que el paso es curvo, lo que todavía haría
más complicado el paso de enemigos. Hay un pequeño museo militar en el
interior en el que se hace un estudio de la estructura y sus características
arquitectónicas.



Puerta de San Antonio
Si continuamos bordeando la muralla veremos el Picadero del rey, un
conjunto de edificios construidos en el siglo XVIII, para ser utilizados como
tren de artillería, arsenal y taller para fabricar y reparar equipo militar y
maquinaría.
Tras los bombardeos de la guerra napoleónica prácticamente desapareció, y en 1998 se transformó en un lugar con establos dónde se dan clases de equitación, y se realizan paseos a caballo y en calesa. Mantiene el portal principal con el escudo de armas reales, y algunos de los muros originales.
Tras los bombardeos de la guerra napoleónica prácticamente desapareció, y en 1998 se transformó en un lugar con establos dónde se dan clases de equitación, y se realizan paseos a caballo y en calesa. Mantiene el portal principal con el escudo de armas reales, y algunos de los muros originales.


El castillo de Almeida
Si nos adentramos ahora en la población de Almeida, descubriremos los restos
de su castillo, clasificados como Monumento Nacional en 1928.
La primera fortaleza se construyó en lo más alto del pueblo en el siglo X. En 1810, durante las invasiones napoleónicas, Almeida fue cercada durante un largo período y el castillo y parte de la muralla fueron gravemente dañados por la explosión de la pólvora almacenada en los polvorines, lo que provocó su rendición y el abandono del castillo, que quedó en ruinas. En la actualidad se pueden visitar sus restos a través de unas cómodas escaleras y pasarelas metálicas.
La primera fortaleza se construyó en lo más alto del pueblo en el siglo X. En 1810, durante las invasiones napoleónicas, Almeida fue cercada durante un largo período y el castillo y parte de la muralla fueron gravemente dañados por la explosión de la pólvora almacenada en los polvorines, lo que provocó su rendición y el abandono del castillo, que quedó en ruinas. En la actualidad se pueden visitar sus restos a través de unas cómodas escaleras y pasarelas metálicas.


Casas y calles
Merece la pena pasear por el interior de la fortificación, donde puedes ver un
conjunto de casas muy cuidadas, y algunos templos religiosos que salpican sus
estrechas calles.
En la Plaza de la Libertad, se encuentra el edificio del Ayuntamiento-Cámara Municipal, construido en el siglo XVIII para ser utilizado como cuartel de Artillería.


En la Plaza de la Libertad, se encuentra el edificio del Ayuntamiento-Cámara Municipal, construido en el siglo XVIII para ser utilizado como cuartel de Artillería.

Y frente a este, el edificio que alberga el Tribunal de Justicia, que
ostenta en su blanca fachada el escudo municipal labrado en piedra.

También pasamos junto al antiguo lavadero municipal, reconstruido y
protegido por una verja. Y por detrás, la Torre del Reloj
construida en 1830 sobre las ruinas de la Iglesia principal, que había sido
destruida durante la Guerra Peninsular en el año 1810.


La plaza más grande de Almeida es la del Dr. José Casemiro Matias,
rodeada por bonitas casas como la de Vicente Delgado Freire, edificio
barroco del siglo XIX, es el de color rosa que está en obras.

Museo Histórico Militar
En el bastión de San Juan de Dios, se puede ver el
Museo el Museo Histórico-Militar, ocupando las antiguas casamatas o
galerías subterráneas que en el siglo XVIII se construyeron para protección
militar. Cerca de veinte salas y corredores que cuentan mediante paneles y
audiovisuales las Guerras Peninsulares, las invasiones francesas y el Asedio
de Almeida entre otras.

Antes de abandonar Almeida, daremos un pequeño paseo por la muralla para ver
el polvorín y algunas partes que nos quedaban, acabando así nuestra
visita a este bello pueblo histórico.



Mapa con los principales puntos turísticos de Almeida
Oficina de turismo
Puerta de Francisco 6350-130 AlmeidaTeléfono: +351 271 570 020
Correo electrónico: geral@turismodocentro.pt
Dónde comer
Tras acabar el paseo, salimos de la zona de la fortaleza y nos dirigimos a la
parte baja donde teníamos aparcado el coche. Allí hayalgunos restaurantes
donde puedes comer el menú del día a precio barato y con comida sencilla, pero
buena. Nosotros elegimos El Restaurante A Muralha, frente a la
gasolinera y pese a la cantidad de gente que había, nos atendieron bastante
bien.
Y hasta aquí nuestra visita a la bellísima plaza fuerte de Almeida, sin duda
una obra maestra de la arquitectura militar por su importancia histórica y
autenticidad, que te recomiendo visitar.
¿La conocías? ¿Qué te ha parecido? Si te ha gustado este post te agradecería
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1 Comentarios
Bonito viaje he dado de tu mano amiga, Almeida tiene mucho encanto, hace años visité Portugal y no tuve el gusto de ver este pueblo. Gracias por darlo a conocer.
ResponderEliminarAbrazos.
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