Pocas experiencias viajeras son tan emocionantes como contemplar una aurora boreal. Esas luces iluminan el cielo de colores verdes, rosas y violetas parecen sacadas de un cuento.
Cada año, miles de viajeros ponen rumbo al norte de Europa para vivir ese instante mágico, pero no siempre es fácil saber cuándo, dónde y cómo hacerlo.
En esta guía te contamos todo lo que necesitas para planificar tu viaje en busca de las auroras boreales en el norte de Europa: los mejores destinos, la época ideal, consejos para fotografiarlas, alojamientos con encanto y lugares que ver cerca para aprovechar al máximo tu aventura.
Qué son las auroras boreales y cuándo verlas
Las auroras boreales son un fenómeno natural que ocurre cuando las partículas solares chocan con la atmósfera terrestre. Suelen aparecer en forma de cortinas o destellos de luz que iluminan el cielo nocturno en latitudes cercanas al círculo polar ártico.
Mejor época del año
Aunque pueden verse entre septiembre y abril, los meses más recomendables son de noviembre a marzo, cuando las noches son más largas y oscuras. La clave está en buscar lugares con baja contaminación lumínica y cielos despejados.
Consejo: Consulta la previsión de actividad solar con aplicaciones como My Aurora Forecast o Aurora Alerts, y ten paciencia: a veces la espera merece cada minuto de pasar frío.
Los mejores lugares para ver auroras boreales en el norte de Europa
Tromsø, Noruega
Tromso es conocida como “la capital de las auroras boreales”. Eso ya te puede dar pistas de lo que el destino te espera. Es además uno de los destinos más cómodos y accesibles. Además de excursiones nocturnas, puedes disfrutar de sus fiordos, un paseo en trineo de perros o visitar su catedral ártica.
Si tienes tiempo para incluir una visita a la isla de Senja y los Alpes de Lyngen, que ofrecen paisajes espectaculares, será un viaje redondo.
Laponia finlandesa
Los bosques nevados y los lagos helados de Laponia crean el escenario perfecto para vivir una experiencia única.
Rovaniemi, considerada la puerta de entrada a Laponia, es el lugar ideal para disfrutar de las auroras boreales con todas las comodidades. Aquí puedes alojarte en los famosos iglús de cristal, donde contemplar el cielo desde la cama se convierte en un sueño hecho realidad.
Y no puedes irte de Rovaniemi sin visitar el pueblo de Papá Noel, un lugar que mantiene el espíritu navideño durante todo el año. Podrás cruzar simbólicamente el Círculo Polar Ártico, conocer a Santa Claus en persona.
Islas Lofoten, Noruega
Las Islas Lofoten combinan naturaleza salvaje con pintorescos pueblos pesqueros. Durante el invierno, las auroras se reflejan en el mar. Esto hace que el espectáculo sea impresionante todo un espectáculo.
Reine y Henningsvær son pueblos pintorescos con cabañas de pescadores y calles acogedoras. También merece la pena visitar Å y recorrer algunos senderos panorámicos para disfrutar de los fiordos y el cielo boreal.
Abisko, Suecia
El Parque Nacional de Abisko es famoso por su Blue Hole, una zona donde las nubes suelen abrirse, aumentando las probabilidades de ver auroras. Montañas, lagos helados y bosques completan el escenario.
Kiruna y su Icehotel son visitas imprescindibles. Desde aquí también se pueden hacer excursiones en trineo de huskies, motonieve o rutas culturales para conocer la vida en el norte de Suecia. Abisko permite combinar la experiencia de las auroras con actividades al aire libre, haciendo de cada día una aventura completa en el Ártico.
Cómo organizar tu viaje de auroras
Transporte
Los aeropuertos de Tromsø, Rovaniemi, Kiruna o Narvik tienen vuelos frecuentes desde las principales capitales europeas. Lo mejor es alquilar un coche para moverte con libertad en busca de lugares maravillosos y las mejores auroras boreales.
Alojamiento
Busca alojamientos rurales, cabañas o pequeños hoteles alejados de las luces urbanas. Muchos ofrecen alertas nocturnas para avisarte cuando aparecen las auroras.
Equipamiento y fotografía
Lleva ropa térmica, guantes, linterna frontal y una cámara con trípode. Ajusta el ISO alto y una exposición larga para capturar las luces en todo su esplendor. Y lo más importante: paciencia y a disfrutar; el frío y la espera se olvidan cuando aparecen las auroras.
Ver una aurora boreal es una experiencia que no se olvida. No importa si esperas una noche o una semana: cuando esas luces aparecen, el frío desaparece y solo queda la emoción.
Así que abrígate bien, prepara tu cámara y deja que el norte te regale uno de los espectáculos más bellos del planeta.






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