Los monasterios de Suso y Yuso, situados en la pequeña localidad riojana de San Millán de la Cogolla, se convirtieron en la Edad Media en uno de los focos culturales más importantes de la península y del sur de Europa, ya que en ellos fue donde se escribieron las famosas glosas emilianenses, origen del castellano.
San Millán de la Cogolla se encuentra al pie de la Sierra de la Demanda, en la comunidad autónoma de La Rioja en España.
Al llegar a la localidad, verás en seguida el Monasterio de Yuso por su gran tamaño, junto a él hay un gran aparcamiento gratuito para dejar tu coche. Las visitas a los dos monasterios debes de gestionarlas por separado ya que pertenecen a instituciones diferentes.
Para visitar Yuso no hay problema y puedes sacar la entrada según llegas, te incorporan en un grupo. Pero para visitar Suso, que se encuentra arriba en el monte a 3,2 kilómetros por carretera, no puedes utilizar tu coche, son visitas guiadas que incluyen el transporte, y es conveniente que lo lleves reservado. Es posible que llegues sin reserva previa y haya algún hueco, pero sobre todo en temporada alta, no me la jugaría.
Suso del latín sursum significa "arriba",y Yuso de deorsum, "abajo"
Tras la desamortización de Mendizabal, los dos monasterios, pasaron a manos del estado e intentaron ser vendidos. El de Suso, al ser más pequeño fue comprado por una familia de la zona que lo acabó donando a los monjes años después. El de Yuso, al ser tan grande, no pudo ser vendido y sigue siendo del estado. Es por eso por lo que las visitas de los dos, los llevan organismos independientes.
Tanto el monasterio de Yuso como el de Suso fueron declarados Bien de Interés Cultural en 1931 por razones históricas, artísticas, religiosas, lingüísticas y literarias.
Comenzamos visitando el Monasterio de Suso
Hay que entrar en la portería y bajar una planta, allí es donde te venden la entrada(nosotros la llevábamos reservada por teléfono), en ella está incluido el viaje en microbús hasta arriba y la visita guiada. Una vez en el lugar, y tras ver el edificio a fondo, te dejan unos minutos para hacer las fotos de rigor y luego el autobús te conduce de nuevo al punto de partida.
Emiliano fue un pastor nacido en Berceo en el año 473, que de joven aprende de un ermitaño llamado Félix y se retira al valle de Suso. Allí trascurre la última etapa de su vida en la que una comunidad mixta de eremitas se crea a su alrededor. Muere a los 101 años tras habérsele atribuido multitud de milagros. El lugar, que ya era muy visitado en vida del santo, se convirtió en un importantísimo centro de peregrinación. La cueva se fue transformando gradualmente en ermita y luego en iglesia con un pequeño cenobio. El nombre de Millán es la evolución de Æmilianus o Emiliano.
El cenobio original construido a un lado de las cuevas rupestres, es del siglo VI y se fue ampliando hasta el siglo XI, es por tanto una la mezcla de estilos formados por las cuevas, el primitivo cenobio visigótico, la primera ampliación mozárabe y la ampliación románica. Un conjunto especial, sin duda.
En el interior, entre esta curiosa mezcla de estilos mozárabes y románicos, podemos ver las cuevas donde se enterraron varios personajes anónimos, en la central, estuvo enterrado San Millán hasta el año 1030 en el que se sacaron sus reliquias. En el siglo XII, en su lugar se colocó el actual *cenotafio, que representa al santo yacente vestido con ropas sacerdotales visigodas, construido en alabastro oscuro casi negro. Su estilo está entre el tardorrománico y el protogótico.*Un cenotafio es un monumento funerario en el que no está el cadáver.
Al otro lado del monumento, en la misma cueva, hay unas hornacinas, consideradas para algunos el altar más antiguo de España.
Monasterio de Yuso
El rey García "el de Nájera" ordenó el traslado de los restos de San Millán a Santa María la Real de Nájera, pero la leyenda cuenta que los bueyes que porteaban la arqueta con sus restos, no pudieron dar un paso más al llegar al valle, por lo que al pensar que aquello era una señal divina, se manda construir en el lugar otro monasterio para protegerlos; el de Yuso.Glosas Emilianenses
La lengua y la literatura juega aquí un papel importante, ya que entre los siglos X y XI, un monje del que nada se sabe, puso en los márgenes de algunos libros escritos en latín, pequeñas anotaciones. A esto se le conoce como Las Glosas Emilianenses, y están escritas en lengua romance y en euskera como aclaración del texto escrito en latín. Se encuentran entre líneas y en los márgenes de algunos pasajes del códice Aemilianensis 60. Para algunos es el primer testimonio escrito conocido, de la forma más arcaica del idioma español y no se descubrió hasta el año 1911.Gonzalo de Berceo
Además de este monje anónimo, en el monasterio aparece en el siglo XIII otra persona muy importante para la lengua castellana, se trata de Gonzalo de Berceo, el primer poeta conocido que escribió en castellano. De ahí la importancia de San Millán para el conocimiento de los orígenes de la lengua y de la literatura españolas.
La visita del Monasterio de Yuso
El ticket para la visita al Monasterio de Yuso se saca en la portería, en diferente mostrador que la entrada a Suso. No es necesario reservar, la visita es guiada y según se van formando grupos, se va pasando.
El edificio actual se construye entre los siglos XVI y XVII, y en el vivieron los monjes benedictinos hasta la desamortización de Mendizabal. Estuvo unos años abandonado y a partir de 1878 son monjes agustinos, no recuerdo bien el dato, pero creo que en la actualidad hay sólo 9.
Una preciosa portada barroca nos conduce al interior. Una vez dentro la guía nos reúne en el Salón de los reyes alrededor de una réplica de las glosas emilianenses, para acercarnos a la historia del lugar. De allí pasamos al Claustro Procesional de estilo renacentista, aunque con bóvedas góticas y piso superior es clasicista.
Una hermosa portada plateresca nos conduce a la iglesia que nos deja con la boca abierta. Se comenzó a construir en 1504 y su estilo es gótico tardío. Destacaremos, el Retablo del altar Mayor en el siglo XVI, la rejería de 1676, la sillería del coro bajo de 1640, el trascoro rococó, el púlpito plateresco y el coro alto.
Curiosidades
En el equinoccio de primavera y de otoño a eso de las 6 y cuarto de la tarde, un rayo de luz por el rosetón que se encuentra sobre el coro alto, pasa por un círculo que corona el trascoro e ilumina el centro geométrico de la iglesia, marcando la impecable orientación al este de la iglesia. Esto solo se puede ver unos minutos y evidentemente si brilla el sol.
Pasamos a ver la sacristía barroca, con frescos originales en el techo de 1693, que a pesar de lo que parece, no se han tenido que restaurar.
Contemplamos también una colección completa de enormes cantorales del siglo XVIII colocados en unas estanterías especiales con carriles y un sistema de ventilación que los protege de la humedad. Son 25, están hechos de piel de ternera y cada uno pesa entre 30 y 70 kilos.
Y para acabar, pasamos al oratorio de San Millán, una pequeña capilla donde se encuentran las arcas que contuvieron los restos del santo y los de San Felices.
Y para acabar, pasamos al oratorio de San Millán, una pequeña capilla donde se encuentran las arcas que contuvieron los restos del santo y los de San Felices.
Son obras maestras del arte en románico en marfil y datan de los siglos XI y XII respectivamente y tenía oro y piedras preciosas que "desaparecieron" cuando entraron las tropas de Napoleón. Se ve que a los marfiles no les dieron importancia y los dejaron, aún así algunos fueron robados años más tarde y actualmente se encuentran en museos de Nueva York, Berlín o Florencia.
Nuestro vídeo con el resumen de la visita:
Organiza tu visita
¿Dónde están los Monasterios de Suso y Yuso?
Horarios y Tarifas del Monasterios de Yuso
Horarios y Tarifas del Monasterio de Suso
Y hasta aquí, todo lo que te puedo contar sobre estos increíbles monasterios de San Millán de la Cogolla, una visita que consideramos imprescindible en la comunidad de la Rioja ¿Qué te han parecido? ¿Has estado? Cuéntamelo dejándome un comentario.
8 Comentarios
Interesante recorrido por dichos monasterios , aunque yo los “cenatafios “ les tengo un poco de “yuyu” reconozco que no es lo mío.
ResponderEliminarInteresante documento Carmen, al menos ya los conoceré a través de tu repor.
Un abrazo.
Jajjaja! Muchas gracias Luis. Me alegro habértelo enseñado. Un abrazo!
EliminarHola Carmen, me han entrado unas ganas locas de hacer la maleta para visitar estos dos monasterios tan hermosos, de momento me conformo con ir de tu mano en el recorrido. Gracias por mostrarlos.
ResponderEliminarBesos.
Muchas gracias Conchi, la verdad que además de los monasterios, el entorno es una maravilla. Un beso guapa!
EliminarLa verdad me has enseñado algo que nunca había oído... ésa es la maravilla de viajar, no sólo los lugares bonitos, la arquitectura histórica sino las historias que guardan... Gracias por ilustrarme hoy!
ResponderEliminarAle Martinez Notte
Gracias a ti por leerme y comentar Alehandro! Un abrazo
EliminarUn lugar que merece la pena visitar, no hay duda. Yo estuve hace años y aún recuerdo dos cosas: el frío que pasé en el interior del monasterio y lo mucho que me impresionó su sacristía, que ahora he vuelto a ver gracias a tus fotos.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Fantástica descripción de estos dos sitios. Me los anoto para alguna escapada. Afortunadamente leyendo se descubre lo grande que es España y lo mucho, muchísimo que tiene para ver.
ResponderEliminarSaludos
GranPumuki
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