Una pequeña odisea por tierra, mar y aire

El volcán Eyjafjalla de Islandia había emitido unos días atrás una gran nube volcánica que afectó a miles de vuelos en Europa. En nuestro regreso de Londres a Asturias volvió a emitir, y nos vimos afectados, haciendo de nuestro regreso una pequeña odisea por tierra, mar y aire.


Este era nuestro segundo viaje en familia a Londres. Ya sabíamos un poquito mas de la ciudad, que bus coger para ir al centro desde el aeropuerto, que tipo de tickets comprar en el metro y también teníamos la ubicación clara de los puntos de interés. Además íbamos muy bien organizados y disfrutamos muchísimo, porque a todos nos encanta la ciudad.

Sin embargo un rumor, mientras comíamos el domingo en Candem, procedente de una camarera de Salamanca, nos dejó bastante preocupados. La nube volcánica de Islandia, estaba haciendo otra vez de las suyas y varios aeropuertos había sido cerrados. Eso no permitió que se nos estropease el resto del viaje, pero andábamos con la mosca detrás de la oreja.

El lunes por la mañana, día de vuelta, el recepcionista del hotel, estuvo consultando por internet y no había ninguna señal de alarma. Así que nos despedimos de Londres con un largo y tranquilo paseo por Hyde Park y nos fuimos al aeropuerto.



El autobús al aeropuerto tardó poco en llegar y una vez allí comimos unos bocatas. A la hora prevista, nos colocamos para embarcar, el vuelo salía a las 13:25. Ya en la cola de embarque vimos como llegaba el avión de Asturias en que deberíamos volver, y digo deberíamos porque como ya os podéis imaginar, ese avión no nos llevó de vuelta a casa. Fueron pasando los minutos, las azafatas desaparecieron y la gente se empezó a poner nerviosa. Nos enteramos por una chica que hablaba con su familia por el móvil, que el aeropuerto de Asturias iba a ser cerrado a las 16:00. Pasaba el tiempo y nadie decía nada y sobre las 15:30 un aviso por megafonía, comunicó que el viaje estaba cancelado. 

La confusión era tremenda, no nos enterábamos de nada, sólo entendíamos que nos obligaban a salir de la sala de embarque y que teníamos que colocarnos en una tremenda cola para ser re-ubicados en otros vuelos.

En el centro del aeropuerto, cientos de personas enfadadas y nerviosas, en una tremenda cola en zig-zag con cuerdas como en los parques de atracciones. Gente que se quería colar, gritos y empujones, solo un grupo de chavales de unos 17 años parecían relajados en un rincón, quizás pensando que se les alargaba así un poquito su viaje de estudios.

Mientras tanto un grupo de personas del avión habían formado un grupo para intentar que un amigo de uno de ellos de ALSA, les mandase un autobús para volver a Asturias. Cuando nos enteramos de esto, todas las plazas ya estaban cogidas, bueno todas no quedaban 5 plazas y éramos 7.

Por fin llegó nuestro turno en la cola y nos asignaron un vuelo de vuelta para el jueves (era lunes) y ni siquiera a Asturias si no a Bilbao. Además, nadie nos aseguraba que el jueves se hubiese solucionado el problema. Pero no pòdíamos estar tanto tiempo en Londres, un examen muy importante hacía obligatoria la vuelta antes. Tras asignarnos el vuelo había que volver a ponerse en otra cola en la que te asignaban un hotel en el que alojarte hasta el día de vuelta.

Antes de pasar por allí nos acercamos al grupo y ya habían conseguido el autobús. El “organizador” localizó a todos los apuntados e hizo recuento. Un matrimonio cambió de opinión en el último momento y decidió quedarse en Londres hasta el jueves, así que por suerte, quedaban 7 plazas  y eran para nosotros.

Una hora mas tardé llegó nuestro flamante autobús (mas grande del contratado, y en el que al final sobraron plazas) con el volante a la derecha y con dos chóferes. Con él dejamos Gran Bretaña y atravesamos el canal en Ferry. Cruzamos Francia y recorrimos el norte de España, para llegar al aeropuerto de Asturias, pero por tierra. 





Fueron 22 horas de viaje con montones de paradas siguiendo un estricto horario inglés, un viaje muy largo pero en el fondo divertido, en el que no paramos de comer, de reír y de dormir. Sin duda una experiencia para contar a nuestros nietos.

Este es el enlace de la noticia que publicaron en La nueva España el día que llegamos. 

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9 Comentarios

  1. Wow, vaya memoria, yo no me acordaba de la mitad de los detalles. En el fondo lo pasamos genial :) :)

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  2. Raquel7.5.14

    coincido con Paula, ya no me acordaba de todo eso... :) me ha gustado recordarlo ;)

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  3. Al menos el susto quedo en eso, y al final me imagino que en familia el finde fue completo y divertido, como dices una experiencia nueva para contar y recordar.
    No te olvides de pisar el verde, que luego cuesta mucho trabajooo. jajjaja.
    Un Saludo.

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  4. Toda una odisea. Menos mal que el Alsa llega hasta China y más lejos si hace falta. Los aviones son estupendos para recorrer largas distancias, pero también causan muchos trastornos cuando fallan.

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  5. Todos los viajes tienen algo de odisea, pero lo importante es al final hacer un gran balance!! Buena entrada!!!!
    Saludos

    http://setratadeviajar.blogspot.com

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